Más información sobre el VIH

Persona con camisa negra
Dos personas con abrigos
Persona con cinturón

¿Qué es el VIH?

El virus de la inmunodeficiencia humana o VIH es un proceso infeccioso que ataca y debilita el sistema de defensas del organismo (sistema inmune), el cual se encarga de combatir las infecciones. En ausencia de tratamiento efectivo, la infección produce el deterioro progresivo del sistema inmune y puede avanzar hacia la etapa más grave, lo que se conoce como SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Si bien no hay tratamiento curativo ni vacuna para el VIH, la buena noticia es que existen medicamentos que controlan la replicación del virus y, como consecuencia, permiten que el sistema inmune se recupere. Además, si la persona se toma los medicamentos según las indicaciones del médico, el virus queda neutralizado y es indetectable por las pruebas, lo que implica que no se puede transmitir a otras personas. En la actualidad, la mayoría de las personas infectadas por el VIH tienen una vida sana y longeva.

¿Cómo se transmite el VIH?

La infección por el VIH se adquiere por el contacto con los líquidos corporales de una persona infectada, entre ellos:

  • Los fluidos sexuales (semen, flujo vaginal y flujo anal)
  • La sangre
  • La leche materna

Tener relaciones sexuales sin condón y compartir agujas, jeringuillas u otros objetos para inyectarse drogas son las dos vías de transmisión del VIH más frecuentes. Las madres infectadas también pueden transmitir el VIH a sus bebés durante el embarazo, el parto y la lactancia.

Manos sosteniendo las cintas del VIH

¿Cómo sé si tengo VIH?

La única forma de saber con certeza si una persona se ha infectado por el VIH es realizarle una prueba. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan a todas las personas entre los 13 y los 64 años que se hagan la prueba del VIH al menos una vez en su vida. Deben hacerse la prueba del VIH de forma periódica (cada 3-6 meses) quienes corran un mayor riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual. Los hombres y las mujeres transexuales que tengan relaciones sexuales con otros hombres y no sean monógamos deben hacerse la prueba cada 3 meses. Quienes se inyecten drogas por vía endovenosa deben hacerse la prueba por lo menos una vez al año.

Algunas pruebas para diagnosticar el VIH requieren una muestra de sangre y otras una muestra de saliva.

Consulte más información sobre el kit de pruebas caseras OraQuick.

Obtenga información sobre los servicios de prevención del VIH y el acceso a las pruebas diagnósticas disponibles en su localidad.

¿Cómo se trata el VIH?

El tratamiento para el VIH llamado Terapia Antirretroviral (ART) por sus siglas en Ingles. Este tratamiento del VIH se basa en la toma diaria de un fármaco antirretroviral de alta eficacia, en forma de pastilla tragable. Existen nuevos medicamentos que se administran mediante una inyección periódica. Los medicamentos que se emplean para tratar el VIH evitan que el virus se multiplique (disminuyen la carga viral en sangre) y así reducen el riesgo de que la infección se transmita a otras personas. Si una persona tiene una carga viral indetectable, no puede transmitir el virus mediante relaciones sexuales sin condón.

Si el virus es indetectable, también es intransmisible. Recuerde la fórmula: Indetectable = Intransmisible.

Tratamientos preventivos: PEP y PrEP

Si se ha expuesto al VIH durante las últimas 72 horas, ya sea porque tuvo relaciones sexuales sin condón o compartió agujas o jeringuillas para inyectarse drogas, consulte cuanto antes con un médico sobre el tratamiento PEP (profilaxis posterior a la exposición). Este tratamiento se administra para evitar que las personas que se han expuesto accidentalmente al virus se contagien.

Las personas seronegativas deben considerar hablar con el médico sobre la posibilidad de empezar el tratamiento PrEP (profilaxis previa a la exposición). Este tratamiento se basa en la toma diaria de un medicamento que previene eficazmente la infección por el VIH.

¿Hay un estigma asociado al VIH?

Sí, se trata de las creencias infundadas y las actitudes negativas que tiene la sociedad respecto a las personas que padecen el VIH, las cuales generan prejuicios y afectan su vida cotidiana. Debido a estos prejuicios, en ocasiones las personas con VIH no obtienen la atención médica que necesitan por miedo.

Rechazar a estas personas no tiene fundamento alguno, ya que la infección por el VIH tiene tratamiento y no se transmite por el aire, el agua o gestos cotidianos como dar la mano. Nos corresponde a todos desmitificar el estigma, ya que es posible que la persona infectada sea nuestro familiar, amigo, vecino o compañero de trabajo. Informémonos sobre el VIH y divulguemos un mensaje claro y certero.